Hoy es día de fiesta nacional en España ya que se celebra el día de La Inmaculada Concepción, Patrona de España, así que es un buen momento para hacer una breve reseña histórica y explicar el origen de esta fiesta.

Inmaculada Concepción, obra de Murillo
A diferencia de lo que mucha gente puede pensar, la celebración de la Inmaculada Concepción no hace referencia al momento en que Jesús fue concebido, sino que se refiere al instante en que María comenzó a existir en el vientre de su madre Santa Ana.
Según la doctrina de la Iglesia Católica, la Virgen María, hija de San Joaquín y Santa Ana, quedó preservada de todo pecado al ser concebida sin la mancha del pecado original, y con ello, la ausencia total de pecado por siempre en su Alma, a la persona que estaba predestinada a ser la Madre de Jesús de Nazaret.
Por si no leísteis entre líneas, esto viene a decir que todos los hombres y mujeres son concebidos en pecado (vaya faena, ¿no creéis?), pues el pecado original se transmite a todos por generación natural al ser descendientes de Adán y Eva (tendremos que confesarnos nada más nacer…).
Volviendo a la Historia, y dejando a un lado creencias religiosas, fue el 8 de Diciembre de 1854 cuando por medio de la bula «Ineffabilis Deus», el Papa Pío IX declaró el Dogma de la Inmaculada Concepción de María:
“Declaramos, proclamamos y definimos que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente y en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano. Esta doctrina está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles.”
Y por último, concretando en nuestro país, en España se celebra la fiesta de La Inmaculada Concepción desde 1644, siendo proclamada Patrona de España por el papa Clemente XIII a través de la bula «Quantum Ornamenti» el 25 de Diciembre de 1760, por petición del Rey Carlos III.
Ale, en resumen, ya que nos hemos culturizado un poco más, sólo nos falta una cosa: a disfrutar del día de fiesta

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me ha gustado porque si.